Nos prometimos un amor eterno tan perfecto que hasta yo creía
soñar contigo. Yo vivía entre las nubes y nunca imagine tenerme que bajar. La
vida me premió con tu sonrisa y yo le di la espalda una vez más creyendo ser el
dueño de tu vida pero un error siempre se tiene que pagar. Mil veces te pido perdón
por no escucharte, mi amor. Herirte no fue mi intención. Aunque me duela el
alma ya no queda remedio, aunque vivo y respiro estoy muriendo por dentro. Hoy
me es inevitable sentir este dolor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario